José Dolores Hernández, 89, of Washington, D.C., passed away on December 31, 2020, at home surrounded by family. His family and friends called him “Lolo.”
José was born in Victoria, Cabañas, El Salvador in 1931 and became an orphan at a young age. He was raised by his only sister, but was later separated from her as a teen. He went on to serve in the Armed Forces of El Salvador. In 1952, he married the love of his life, Candelaria Parada. They had 17 children.
He started off as a humble farmer from a remote village and in time, became a jack-of-all-trades. To provide for his family, he learned carpentry, tinsmithing, beekeeping, and veterinarian work. Even though his village lacked basic infrastructure, including potable water and electricity, he built his family a house. His most notable gift was his presence, he helped deliver his children and remained a loyal and faithful husband and father.
In the late 1970’s, he sacrificed everything and immigrated to the United States to protect his family from the 12-year Salvadoran Civil War. In the U.S., he worked for Miller & Long Co., Inc. as a skilled construction worker, and through his work, he secured U.S. residency for his family. His work can be appreciated by looking at the skyline of Washington, D.C. For almost two decades, he, like many immigrant construction workers, helped build the Nation’s Capital.
Despite being on his own for much of his young life, he demonstrated resilience and strength in overcoming many of life’s challenges. Even still, José leaves behind a tremendous legacy: A family that is united, hard-working, and faithful.
José is survived by Candelaria, his wife of 68 years. He is also survived by four generations: his children Mauricio, Juana, Concepción, Antonio, Virginia, Humberto, Cristóbal, Eduardo, Enoemis, Helmut, Milagro, Douglas, 39 grandchildren (the Hernándezes, Medinas, Mejias, Walsh and Fishers), 47 great-grandchildren, and one great-great-granddaughter.
José was predeceased by his children, Abel, Daniel, Dolores, and twin babies.
José loved helping others and gave his family the greatest gift of all, his unconditional love. He was a model of generosity and gratefulness. There is nothing he wanted to experience without his family, even his love of sweets!
He will be greatly missed. May he rest in peace and his memory live on.
The family will hold a private mass and burial in Washington, D.C., the week of January 11, 2021.
José Dolores Hernández, de 89 años, de Washington, D.C., falleció el 31 de diciembre de 2020, en casa rodeado de familia. Su familia y amigos lo llamaban “Lolo.”
José nació en Victoria, Cabañas en El Salvador en 1931, y quedo huérfano cuando era niño. Fue criado hasta la adolescencia por su única hermana, pero luego perdió contacto con ella. Él siguió y sirvió en las Fuerzas Armadas de El Salvador. En 1952, se casó con el amor de su vida, Candelaria Parada. Tuvieron 17 hijos.
Comenzó como un humilde agricultor de un cantón y luego aprendió varios oficios. Para mantener a su familia, aprendió carpintería, hojalatería, apicultura y trabajo veterinario. A pesar de que su comunidad carecía de infraestructura básica, incluyendo agua potable y electricidad, él construyó una casa para su familia. Su don más notable fue su presencia, ayudó a traer al mundo a sus hijos, y siguió siendo un esposo y padre leal y fiel.
Él sacrificó todo y emigró a los Estados Unidos a finales de la década de 1970 para proteger a su familia de la Guerra Civil Salvadoreña que duro 12 años. En los Estados Unidos, trabajó para la compañía de construcción de Miller & Long, Co., Inc. y a través de su trabajo, aseguró la residencia en los Estados Unidos para su familia. Su trabajo se puede apreciar mirando el horizonte de Washington, D.C. Durante casi dos décadas, él, como muchos trabajadores inmigrantes de la construcción, ayudó a construir la capital de los Estados Unidos.
A pesar de estar solo durante gran parte de su juventud, el demostró resiliencia y fortaleza para superar muchos de los desafíos de la vida. Aun así, José deja un enorme legado: una gran familia unidad, trabajadora y de fe.
A José lo sobrevive su esposa Candelaria de 68 años. También le sobreviven cuatro generaciones: sus hijos Mauricio, Juana, Concepción, Antonio, Virginia, Humberto, Cristóbal, Eduardo, Enoemis, Helmut, Milagro, Douglas, 39 nietos (los Hernández, Medinas, Mejías, Walsh y Fishers), 47 bisnietos y una tataranieta.
José fue precedido por sus hijos Abel, Daniel, Dolores, y los gemelos.
José siempre le gusto ayudar a su prójimo, y dio a su familia el mayor don de todos, su amor incondicional. Fue un modelo de generosidad y gratitud. ¡No hay nada que él no hubiera querido compartir con su familia, incluso el amor a los dulces!
Lo vamos a extrañar inmensamente. Que descanse en paz y que su memoria viva por siempre.
La familia tendrá una misa y entierro privado en Washington, D.C., la semana del 11 de enero de 2021.
Visits: 122
This site is protected by reCAPTCHA and the
Google Privacy Policy and Terms of Service apply.
Service map data © OpenStreetMap contributors